El parque ecológico Chanchay
El parque ecológico Chanchay, tiene como objetivo principal mostrar los estrechos lazos que unen a los seres humanos con las plantas. Cuenta con un área de 8 hectáreas de bosque secundario, pertenece a la Fundación Ecológica Chanchay, cofundada por el señor Mariano Chanchay quien fue el promotor con el ideal ecológico en salvaguardar el espacio natural de la colonización que crecía progresivamente en la ciudad de Santo Domingo. Actualmente este pequeño bosque cuenta con 2 sistemas de senderos definidos y con un grado de dificultad básico
Mateo Chanchay, presidente de la fundación que administra el parque recorre orgulloso el bosque primario del lugar donde conviven, en perfecta armonía osos perezosos, guatúsos, saínos, serpientes, ardillas, armadillos, búhos, entre otras especies de animales. También se encuentran árboles maderables y frutales.
El ruido de la ciudad se queda atrás mientras los visitantes se adentran en la reserva ecológica, ubicada a 5 minutos del centro de la urbe. El parque permite un encuentro con la naturaleza. Se escucha el canto de aves y el croar de ranas. Mientras recorre la reserva seguro encontrará un pequeño riachuelo y se sentirá acompañado de una vegetación exuberante.
EVENTOS: Todos los sábados en las instalaciones se ofrecen exposiciones acerca de botánica, además de una gran variedad de comidas típicas de todas las regiones del país.
El costo del ingreso al parque es voluntario, a la entrada hay una especie de ánfora donde los visitantes depositan su contribución, que pretende mejorar las condiciones del lugar.
El sueño de los Chancay es poder construir el cerramiento de cemento del parque para evitar que los animales y las plantas sean robadas.
La conservación de las especies que existen en el parque es trabajo de los Chancay.
En la actualidad:
El bosque es utilizado por diversas instituciones educativas de Santo Domingo para fortalecer el Plan Decenal de Educación en temas ambientales.
En su interior se encuentran senderos ecológicos, cabañas típicas, árboles maderables de 60 años como el Ceibo y una diversidad de aves de la zona.
Su misión es sensibilizar al hombre frente a la naturaleza y sus recursos para cambiar las prácticas sociales en el campo ecológico.
